El salario emocional, se refiere a todas aquellas retribuciones no económicas que el trabajador puede obtener de la empresa y cuyo objetivo es incentivar de forma positiva al empleado e incrementar su productividad, así como satisfacer las necesidades personales, familiares o profesionales que manifiesta, mejorando su calidad de vida y fomentando un buen clima organizacional.
Las empresas que llevan a cabo la implementación de este tipo de mejoras experimentan el aumento de motivación y compromiso de sus empleados.
Factores que influyen en el salario emocional:
– Reconocer logros y esfuerzos: algo tan sencillo como el reconocimiento al trabajo bien hecho, el agradecer al trabajador haber estado ahí y el esfuerzo realizado en situaciones de complicadas, palabras sencillas de agradecimiento son parte del salario emocional, a todos nos gusta que nos digan las cosas que hemos hecho bien y no sólo lo que hemos hecho mal.
– El Horario flexible: tener un trabajo flexible que permita conciliar vida familiar y laboral, cumplir las 8 horas pero sin un horario fijo de entrada y salida, en los estudios más avanzados en cuanto a productividad laboral se refiere ya ha quedado demostrado que cumplir un horario estricto no va unido a una máxima productividad. En las empresas más avanzadas ya se está implantado el marcar una parte de la jornada con horario cerrado y el resto flexible para que cada empleado se lo pueda distribuir según su situación personal.
– El teletrabajo: el poder trabajar desde casa, los “millennials” (nacidos entre el 1981-2000) son una generación digital, hiperconectada, por lo que valoran este tipo de trabajo, pero no sólo ellos también puede ser interesante para madres y padres con hijos pequeños o familiares de edad avanzada que les resulta complicado compaginar trabajo y familia.
– Oficinas modernas: la empresa debe garantizar un entorno laboral óptimo, si los centros de trabajo en los que están los trabajadores son creativos y agradables, los empleados se sentirán mucho más cómodos y serán más efectivos. Así como el disponer de comedores, zonas de descanso, gimnasio… espacios de ocio donde poder desconectar.
– Días libres: un ejemplo muy establecido en los últimos tiempos es dar el día del cumpleaños libre a los empleados.
– El tiempo como incentivo: si hay algo de lo que no disponemos en estos momentos debido al estilo de vida acelerado que llevamos es de “tiempo”, es por ello que lo apreciamos tanto y disponer de él es sinónimo de calidad de vida. De nada le sirve a las empresas tener trabajadores ociosos pasando horas en la oficina; Si las cosas se han hecho bien, sería una buena recompensa unas horas libres o una jornada sin trabajar.
– Formación: Ayudar económicamente a los trabajadores en el pago de su formación, las empresas punteras en la gestión de talento capacitan a sus empleados para el desarrollo de su carrera profesional. Cuando hablamos de formación no sólo me refiero a la directamente relacionada con nuestro puesto de trabajo sino también a idiomas, desarrollo personal o cualquier tema de interés para ellos.
Son todos los que están pero no todos los que son, la lista puede ampliarse, aunque se dice que el salario es lo que mueve a los trabajadores, no es lo único que lo hace. El 95% de las personas que trabajan en entornos laborales enriquecedores consideran que reciben salario emocional y su calidad de vida aumenta.
blázquezASOCIADOS Laboral
Fuensanta Durán