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Blázquez Asociados - Expertos en auditoría en Murcia

Judith Giró y The Blue Box

Hace menos de un mes se publicaba una de las noticias – que a mí parecer- es una de las noticias ¡del siglo!  De esos descubrimientos que salvan vidas y además con marca España. Se trata de un dispositivo que es capaz de realizar una detección temprana del cáncer de mamá, a través de una simple muestra de orina. Su brillante descubridora, Judith Giró, con 24 años recién cumplidos ha sido galardonada con el premio internacional de ingeniería James Dyson Award.

El cáncer de mama es una enfermedad que por naturaleza afecta solo a las mujeres y se trata de uno de los cánceres más diagnosticados a nivel mundial después del de colon y el de próstata. Solo en España, este año se han identificado 32.953 casos.

Me parece fascinante que Judith, con tan solo 24 años, haya desarrollado un proyecto – The Blue Box - con el que cada mujer puede autodiagnoticarse de manera preventiva una enfermedad que ataca a tantas de nosotras. Que lo haya hecho una chica tan joven y a la vez tan preparada ya me parece un auténtico hito y desde luego admirable.

Esto me ha hecho reflexionar. Judith, en su entrevista a Dyson, habla de su amor a las matemáticas y la medicina desde pequeña. Para ella estudiar la carrera de ingeniería biomédica fue como si de repente le tocara la lotería, las dos cosas que más le gustaban ¡Juntas! ¿Se puede pedir más? La energía que transmite hablando de su proyecto es brutal y se nota que sus palabras están llenas de ilusión y verdad.

En mi cabeza nunca estuvo claro qué hacer, qué estudiar y sobre todo a qué dedicarme. Puedes formarte en millones de cosas y terminar dedicándote a otras muy distintas, también puedes no estudiar nada y no por ello no encontrar un lugar para ti en el mundo laboral o quizás dedicarte a la vida contemplativa (eso para los que no les quema el culo cuando están más de 2 minutos sin hacer nada, como es mi caso).

Pienso que dedicarte a algo por vocación tiene que ser una gozada. Tener tu rumbo claro aunque el camino zigzague. En un mundo abierto a tantas posibilidades y que tiene tanto que ofrecernos, parece de locos quedarse con la opción más cómoda y sencilla ¿verdad?

A mí los caminos cada vez se me amplían más y más. Desde la intrépida aventurera que se dedica a llevar a grupos de excursión por cuevas, a la maestra quesera de un pueblo remoto en los montes asturianos o la valiente autónoma que desarrolla su propia marca de elementos decorativos.

En definitiva, bravo por las mujeres intrépidas que emprenden proyectos tan bonitos como The Blue Box, bravo por los jóvenes que no desisten y aún tienen fuerzas e ilusión para llevar a cabo sus ideas más locas y sobre todo bravo por asociaciones benéficas como The James Dyson Award que impulsa e inspira a las siguientes generaciones de ingenieros de diseño, que seguro harán de este mundo un lugar mejor.

 

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Victoria Gómez